by Pastor Adam

Our hearts are drawn to the things we delight in. That makes logical sense, right? If you delight – or like something – your heart will naturally be drawn to it. Take for instance, I find delight in going for a run. It brings me joy. So naturally, most days I feel a strong desire to go for a run. It’s something I want to do. My heart goes towards it. And when I run I don’t do it despite it or do it begrudgingly; I find delight in it.

“I delight in your decrees; I will not neglect your word.” Psalm 119:16 (NIV)

Notice what the Psalmist says about his desire for reading and studying Scripture. He says, in essence, “Because I find delight in your word, I want to read it consistently.” His heart is drawn to what he delights in.

REFLECT:

• When it comes to reading Scripture, is it something you truly delight in or is it something you force yourself to do?
• Take a moment and ask God to stir the affections of your heart towards delighting and desiring His word.

 
 

Tengo Preguntas | Día Ocho – Semana Tres

 

Por el Pastor Adam

Hace un par de años, mi esposa y yo estábamos en un parque de diversiones con nuestros hijos y una de las atracciones era esta extraña casa donde todo era raro y loco. Supongo que era una especie de “casa de diversión”. Había una parte particular de esa casa que a mis hijos les encantaba. Era esta habitación llena de espejos que distorsionaban y contorsionaban tu cuerpo para lucir ridículo. Se mirarían en un espejo, verían sus cabezas gigantes y morirían de risa. Luego iban al siguiente espejo, casi no veían la cabeza y morían de risa otra vez. Esto seguiría y seguiría, de espejo en espejo… entiendes el punto.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia,” 2 Timoteo 3:16 (NLT)

La Escritura, cuando habla de sí misma, dice que es útil para enseñarnos lo que es verdad y ayudarnos a darnos cuenta de lo que está mal en nuestras vidas. En otras palabras, la Escritura tiene la gran habilidad de actuar como un espejo en nuestros corazones. Nos muestra quiénes somos. Lo bueno, lo malo y todo lo demás. Puede que no siempre nos guste lo que vemos, pero esa es la belleza de la Palabra viva de Dios: nos habla, nos muestra y nos enseña quiénes somos a la luz del Evangelio.

REFLEJAR:

• ¿Qué sueles hacer cuando te encuentras con pasajes de la Biblia que te hacen sentir incómodo contigo mismo? ¿Lo ignoras o se inclina para desempacar lo que Dios podría estar mostrándole acerca de su corazón?
• Tómate un momento y reflexiona sobre algo que hayas leído en las Escrituras que haya revelado algo sobre tu corazón. Pídele a Dios que te dé sabiduría y guía mientras buscas aplicarla a quién eres.